482 - Escalera
De mármol, de metal o de madera,
ya en esplendor, o reflejando el daño
de la erosión del tiempo, bajo el baño
de sol o lluvia, mi íntima escalera.
No quisiera subirte a la carrera,
ni con la indiferencia de un extraño;
quiero en mi pie sentir cada peldaño,
rozar mi mano tu baranda entera.
No es coronar la cima lo importante,
sino subir, bajar, lento, constante,
como la enredadera que te cubre.
Ni el material me importa ni el estado,
sólo en ti transitar, alborozado,
evidenciando cuanto en ti se encubre.
Los Angeles, 7 de julio de 2001