484 - Incruenta espada
Desde mis pies, en paulatino ascenso,
húmedo avanza el rastro de tu boca,
y entre sesgado y vertical, evoca
grácil y lúbrica espiral de incienso.
Tiernamente agresivo, tan intenso
temblor desencadena, que provoca
crispado espasmo en solidez de roca,
y me hace tan feroz como indefenso.
Se anuncia en el cabello tu llegada,
herida quedas de incruenta espada,
y prisionero yo en fauces de amor.
Manténme en tu exquisito calabozo,
irrumpiendo, aflorando, en mutuo gozo,
tarea de invadida y de invasor.
Los Angeles, 8 de julio de 2001