528 - Dos otoños
De mediodía a medianoche, activa;
de medianoche a mediodia, ausente;
qué lentitud arrastra el sol naciente,
qué rapidez la luna fugitiva.
Soy mar cuando eres barco a la deriva,
dársena soy si estás a mí adyacente,
soy, para tu placer, adolescente,
y para tu horizonte, perspectiva.
Somos quizá un destello en un momento,
una rosa fugaz, nunca un lamento,
somos lo que pudimos y quisimos:
Primaveras de júbilos eternos,
ignorantes de sombras y de inviernos,
dos otoños que exprimen sus racimos.
Cantabria, 24 de octubre de 2001