540 - Quebrando el molde
Hoy te ofreces desnuda en tus escritos,
y mis ojos, ya ciegos de leerte,
recobran la visión sólo por verte,
quedando a tu horizonte circunscritos.
El pensador en mí siente marchitos
los conceptos; el hombre cauto y fuerte
en imprudente y débil se convierte,
y el amante que soy te llama a gritos,
Tu lenguaje, terreno movedizo,
niebla, murmullo, viento, no se hizo
para la claridad, la exactitud.
Pero hoy tu propio molde queda roto,
se ha hecho la luz, y en su destello floto,
inequívoca, joven plenitud.
Los Angeles, 15 de noviembre de 2001