545 - Estación
Ah, tu estación, qué triste y desolada,
sin llegada de trenes, ni viajeros,
somnolienta en sus tonos más austeros,
mudo el ruido, la luz semiapagada.
Tiene aliento de invierno, está cansada
de vacíos, inútiles senderos
por donde ya no vagan ni extranjeros
con sonrisa de mueca desmayada.
Tu último tren cruzó hace largos años,
dejándote el andén lleno de extraños
y agrios aromas, huellas y sabores.
Y ahora cerrada estás, en el desierto
de un mundo silencioso, casi muerto,
donde no saben germinar las flores.
Los Angeles, 18 de noviembre de 2001