566 - De visita
A su llegada estallan en colores
las grises luces del brumoso día;
y es su partida una canción sombría,
germen de escalofríos y temores.
Viene, y sazonan cálidos rumores
en el silencio de la noche fría;
y enmudece al partir la algarabía
del jardín, marchitándose las flores.
Me trae la luz, me deja la tiniebla,
de verde fronda mi desierto puebla,
pero al irse recobro mi desierto.
Oh quién pudiera eliminar la ausencia,
y establecer perenne convivencia,
obviando este agobiante desconcierto.
Los Angeles, 16 de enero de 2001