716 - Mujer Nº 2
Con temblores de virgen te ofreciste,
presta la voluntad, aunque indecisa;
si bailaba en tus labios la sonrisa,
un haz de nervios la abrazaba triste.
Al fin apareció, como quien viste
manto de estrellas y en claveles pisa,
flotando sus cabellos en la brisa,
y en llama toda entera te encendiste.
Nació a la realidad tu fantasía,
y rodó la más suave melodía
sobre el vivo piano de tu piel.
Teclas desconocidas prorrumpieron
en trémulos acordes, que adquirieron
savia de nardos y sabor a miel.
Los Angeles, 15 de febrero de 2003