724 - Desnudos
Me desvisten sus ojos, y los míos
van deshaciendo lúbricos el nudo
del borde de su blusa, y al desnudo
fluyen los senos libres como ríos.
Me desvisten sus manos, desafíos
que mis manos aceptan, y saludo
cada temblor con arrebato mudo,
rozando intimidad y escalofríos.
Y desnudos quedamos, frente a frente,
en atención inmóvil. De repente,
nace un abrazo de infinita calma;
como el aire de abril sobre la rosa,
sobre el ciprés la noche silenciosa...,
y a través de mi cuerpo le di el alma.
Los Angeles, 6 de marzo de 2003