726 - Ven y duerme conmigo
Cada noche me acuesto en la estructura
de sábanas de acero, y su dureza,
su frialdad, su rígida tristeza,
me oprimen con rigor de sepultura.
Sólo tu mano cálida, segura,
traerá esa elástica delicadeza
que poda el luto, lima la aspereza,
funde el acero a golpes de ternura.
Con ella ausente, temblará la llama
de mis sueños; sin ella se derrama
el agua de mi cántaro, mi fe.
Ven y duerme conmigo, en alianza
de cuerpo y alma, que la noche avanza,
y el corazón ya casi no te ve.
Los Angeles, 6 de marzo de 2003