880 - Tan tarde ya
El profeta salmodia otro conjuro
sobre el lecho del fiel agonizante,
mas su palabra es címbalo distante,
y la muerte ya atisba tras el muro.
Fue luminoso en mundo tan oscuro,
en entorno tan gris, fue apasionante,
pero hoy no es más que exhausto caminante
que a la recta final llega inseguro.
Como saben amar los pecadores,
así él amó, entre obstáculos y errores,
cayendo a golpes de hacha como el pino.
Llegó el amante-leñador-profeta
con palabras de rosa y de violeta...,
tan tarde ya, muriendo el peregrino.
Los Angeles, 30 de agosto de 2003