898 - Tu luz, mi sombra
Me he enjaulado en la sombra, la luz hiere;
las ventanas cerradas son tan muro
como el muro de piedra, ni aventuro
salidas al balcón. Que el tiempo espere.
Ya no tengo reloj. Sólo se muere
cuando se tiene tiempo y hay futuro;
tal vez para morir no estoy maduro,
o si lo estoy, la muerte no me quiere.
La luz, que un día fue rayo dorado,
es hoy lanza de acero ensangrentado,
que arponeó mi carne desarmada.
Por eso hoy en la sombra me defiendo,
sin intentar luchar, sólo pretendo
vivir sin ti una vida retirada.
Los Angeles, 9 de septiembre de 2003