937 - Laberinto
En ese ocaso en que sentí morirme
de la verdad en humo fugitivo;
en esta aurora en que me siento vivo,
y la verdad me guarda ahora a pie firme;
en esta aspiración a diluirme
en abrazo integral, definitivo;
en este afán de amor tan exclusivo
que ni huya ni yo quiera despedirme;
en la celebración de la esperanza
forjando cada día la añoranza
a que el mañana volverá la vista;
en ese laberinto de deseos,
de fracasos, arrojo, titubeos,
mi alma, a la vez, se orienta y se despista.
Los Angeles, 15 de noviembre de 2003