960 - Desierto (V)
Te eludieron las aves y las rosas,
huyó el río, la lluvia te ha negado,
sólo te ronda el viento exasperado,
y el sol te grita a voces silenciosas.
Me fascinas, me enciendes y me acosas,
aunque te haya mil veces renegado;
no me hundiré en tu entraña extraviado,
ni en tu mar de tormentas arenosas.
Estuviste a mi lado, fui testigo
de la aridez que caminó conmigo,
mujer que nunca pudo o supo amar.
La ocasión del oasis fue perdida,
espejismo infeliz, donde la vida
a otro tiempo emigró, y a otro lugar.
Los Angeles, 5 de diciembre de 2003