998 - Vivos muertos
Morir es quedar solo en la meseta,
secos los ríos, el pinar quemado,
quieta la brisa, el cielo anubarrado,
sin recordar historia o tener meta.
Tal vez la senda rodará incompleta,
inhalará el pulmón aire filtrado,
latirá el corazón acompasado,
y la mirada observará discreta.
Mas si tales externas sensaciones
se han desnudado de las emociones
que dan vida a la vida bajo piel,
habrá un espantapájaros dormido
en soledad, un gladiador vencido,
una silueta, un alma de papel.
Los Angeles, 26 de diciembre de 2003