LM30 - Antígona
Yacente sobre el polvo, al descubierto,
con la rosa de sangre marchitada
en el surco de carne que la espada
de tu hermano trazó, también él muerto.
Qué acerbas lágrimas por ambos vierto,
uno bajo la tierra en paz callada,
otro sobre la tierra desolada,
vagando el alma en gélido desierto.
Es injusta la ley si no es humana,
hermana soy antes que ciudadana,
y como tal enterraré a mi hermano.
Y a quien me acuse de desobediencia,
diré que ha de seguirse la conciencia
antes que los dictados del tirano.
Los Angeles, 3 de marzo de 1999