Brevería 1069
Ni el verdadero triunfo es de quien gana,
ni en la derrota juzgo haber perdido,
pues la vida me da cada mañana
la sensación de verme renacido.
Los golpes me convierten en campana,
rodando por el valle mi tañido.
Voz de dolor tal vez, mas quien la escucha
sabrá que no hay fracaso; sólo hay lucha.
julio de 2003