Brevería 1102
Si yo te amé, no fue decisión mía;
como aire y cerro y manantial suceden,
sucedió; como el mar en la bahía,
cuyas olas avanzan, retroceden,
y vuelven a la carga, día a día,
sin saber por qué lo hacen, o si pueden.
Por sí solo el amor logró entreabrirse,
y un día, ajeno a mí, podrá extinguirse.
julio de 2003