Brevería 1151
La música y el ritmo nos envuelven,
niebla de gozo, ondulación vibrante,
pétalos de jazmín que se disuelven
como amante en los brazos de la amante.
No ven los ojos, párpados caídos,
pero esa melodía transparente,
no se sabe si tiembla en los oídos,
o es el alma tan sólo quien la siente.
enero de 2004