Brevería 1164
A veces, cuando el cuerpo desaforado grita,
el deseo que hostiga debiera reprimirse;
aunque la cresta es alta, yace una flor marchita
al fondo del declive, y no ha de redimirse.
El deseo vigente me hace sentir más vivo,
mayor fuerza en mis lomos, afán más apremiante,
el desenlace es tibio, recabado objetivo
que duerme indiferente, y el ímpetu es amante.
febrero de 2004