Brevería 1187
Tú y yo inventamos vuelos y corrientes
en la quietud de nuestro abrazo puro;
nos dejamos llevar, y no hubo muro
que aislara empeños, detuviera mentes.
Dinamitamos el reloj, rompimos
los troqueles que el uso determina,
y al fondo oscuro de cada retina
un recíproco mundo descubrimos.
abril de 2004