Brevería 1246
No te dejes morir, que ya la muerte
descargará a su tiempo la guadaña;
ni se duerma tu mente en la maraña
de dudas anodinas, que pervierte
tu visión de las cosas, y te engaña.
Mira hacia dentro en firme vigilancia
de lo que has heredado de la vida;
recuerda luz y pétalos, y olvida
sombra y espinas, frena la arrogancia,
y esté tu mano a los demás tendida.
noviembre de 2004