Brevería 1272
El amor que insaciables perseguimos
no es la dorada hogaza que en la mesa
se nos ofrece entera, y repartimos
a quien mejor abraza, mejor besa;
ni el ajeno mendrugo que adquirimos
ya por necesidad, ya por sorpresa.
De tan soñado pan la mano alcanza
sólo migajas, y algo de esperanza.
enero de 2005