Brevería 1285
Me hablaba desde lejos, repitiendo
las ideas ancladas en mi mente,
eco provocativo, efervescente,
de cuanto ayer mi mano fue escribiendo.
Me pensaba en voz alta; parecía
una extensión de mí, como si fuera
parte de mi alma y de mi piel; cualquiera
pudo decir que me pertenecía.
febrero de 2005