Brevería 1347
Ayer no pude hablarte como quiero,
ni mirarte, entre tantos allegados;
fue como andar de noche en un sendero
de aves mudas, rosales fracasados.
Quise gritarte mi deseo, pero
mi voz se hallaba en cántaros sellados.
Y hoy que con plena libertad lo haría,
tu oído, ya lejano, no lo oiría.
junio de 2005