Brevería 1358
He vuelto a abrirlos, tras haber sellado
mis ojos tiempo atrás, siervo del miedo;
y al verte tan espléndida, no puedo,
ni quiero renunciar a haber mirado.
Quizá la espada del dolor un día
me recluya de nuevo en la ceguera,
pero hoy tú has arrasado la barrera
que alzaran desencanto y agonía.
julio de 2005