Brevería 1387
Estoy aquí, fluyendo de mí mismo,
transferible, sedoso borboteo;
no soy el agua pura del bautismo,
sino las aguas turbias del deseo.
No necesitas ánfora ni vaso,
tan sólo sumergirte en la corriente;
tal vez en levedad de paso a paso,
o de una vez, desesperadamente.
septiembre de 2005