Brevería 1417
Manténgase tu mano sobre esta herida de oro
abierta en mi costado;
se me desangra en luces, como si cada poro
de mi piel en colores hubiera reventado.
No detendrás el flujo ni cerrarás la herida,
porque aún no se conocen remedio o mecanismo;
absorberá tu brazo fragmentos de mi vida,
e instalaré en tu espíritu réplica de mí mismo.
diciembre de 2005