Brevería 1467
Mis dedos mudos te hablan por escrito
con fe y temblor de tacto enamorado;
el alma intenta sofocar el grito
que no sabe expresar en el teclado;
sobre la mesa hay un clavel marchito,
de tanta soledad desesperado.
Ay de la triste, inacabable espera,
del lejano horizonte, compañera.
abril de 2006