Brevería 153
No he de ser en tu vida el alfarero
que pueda moldear tu roja arcilla;
debo absorber tu espíritu primero
para que en mí germine tu semilla;
mas quiero ser el único velero
que en tu mar trace estelas con su quilla.
Tú serás tú, sin modificaciones,
susurrando en mi oído tus canciones.
febrero de 1998