Brevería 1537
A la primera luz de la mañana,
cuando los ojos casi la divisan
a través de los párpados caídos,
antes que tú los abras, se desgrana
tenue lluvia de perlas que improvisan
la ruta de mi lengua a tus oídos.
En tu blanda quietud, semidormida,
me escuchas, me amas, junto a mí tendida.
septiembre de 2006