Brevería 1666
Tienes ojos de estatua, tan fijos, tan vacíos,
como si alguien te hubiera robado de ti misma,
como si hermana fueras del mar y de los ríos,
a quien sólo le incumben regatos y marisma.
Tan poca cosa tienes, tan exprimida quedas,
que aunque logro mirarte, no veo casi nada;
surges como la sombra, sin perfil, y te enredas
en espirales de humo, muerta la llamarada.
junio de 2007