Brevería 167
Amordaza el impulso del sollozo
y suelta la gaviota de la risa
que en el azul del mar y de la brisa
alzará la blancura de su gozo.
Mas si el dolor no duerme su gemido,
no cierres los oídos ni le ignores,
mejor será que en la tristeza llores,
porque el dolor no entiende del olvido.
abril de 1998