Brevería 1672
A golpes sólo de dolor se aprende,
nada enseña el clamor de la alegría;
ésta es la superficie que se enciende
con la risa del sol a mediodía;
aquél es oleaje que sorprende,
sacude, empuja, choca y desafía.
Somos, más que laguna, acantilados
por los envites de la mar forjados.
junio de 2007