Brevería 1705
Antes que a ti percibo tu vestido,
suave, minúsculo rumor de seda,
llegado apenas, ya desvanecido;
ningún otro murmullo se te enreda
en los pies, al andar; yo estoy tendido
sobre el diván; y de repente queda
tu vestido en el suelo, y tú desnuda.
No hay pregunta que hacer. Tampoco hay duda.
agosto de 2007