Brevería 1833
Se musitan palabras que otro oído bloquea,
se escriben versos tristes que no se han de leer,
se fraguan intenciones que no pasan de idea,
y al fin nunca se sabe qué pensar ni qué hacer.
Dos van por el camino, cogidos de la mano,
uno la suelta y huye, y el otro permanece
como estatua, pensando que todo ha sido en vano;
y el colorido intenso de antaño palidece.
abril de 2008