Brevería 1835
Nunca he estado tan cerca de la nada.
Un gigantesco puño me ha exprimido
el alma enamorada.
Ni una gota me queda, ni un crujido,
ni aliento que exhalar. Y ya no quiero
recobrar la expansión. Quede aplastado
todo bajo la piel, y el cuerpo entero
se desligue del alma al ser tocado.
abril de 2008