Brevería 1838
Las amplias, vívidas conversaciones,
de antaño se nos han descolorido,
la ágil risa, las hondas emociones,
en fría, adusta fosa se han hundido.
Nos queda apenas un recuerdo vago
de lo que sucedió, más nebuloso
a medida que el tiempo haga su estrago,
más débil cada vez, más soledoso.
abril de 2008