Brevería 1855
Le temo al tiempo, borrador maldito
de perfiles, vivencias y semblantes,
del susurro minúsculo, del grito,
de todo aquello que nos hizo amantes.
Lo quisiera guardar en cofre de oro,
para que nunca se desvaneciera;
pero sé irá esfumando, y ya lo lloro,
humo azul que jamás se recupera.
mayo de 2008