Brevería 1874
Cuántas palabras escribí sangrando
que tal vez no escuchaste, ni leíste,
aunque desde el papel siguen gritando.
No sé por qué mi soledad insiste
en hablar cuando nadie está escuchando,
o quien quiero que me oiga, se resiste.
Siembro en surcos estériles el grano
que no sazonará. Mi obra es en vano.
junio de 2008