Brevería 1922
Espérame cuando abran las estrellas
su barandilla al mundo, cuando oscura
tu puerta, acorralada por mis huellas,
sienta capitular su cerradura.
Ábreme entonces, que desfallecido,
de tanta inútil andadura llego.
Ignoremos tu duda y mi quejido,
brinda sólo por hoy, y enciende el fuego.
septiembre de 2008