Brevería 1944
No tienes tiempo, ya no sabes cómo
sedimentar las horas;
cada vez que me asomo
al borde de tu vida me evaporas.
Yo que hice eterno para ti el instante
del amor que nació tan impensado;
yo, que aún me llamo, por amarte, amante,
soy la parte de ti que has mutilado.
octubre de 2008