Brevería 1948
La vida me amenaza cada día
con la daga del sueño envenenada;
me detiene el caudal de la energía,
me deja la memoria inhabitada,
y entroniza en la mente la anarquía
de una visión confusa, enmascarada.
Cada noche al dormir me muero un poco,
y luego, al despertar, sigo tan loco.
noviembre de 2008