Brevería 1968
        Por cada primavera que agoniza
hay un dorado otoño que sazona
racimos y esperanzas, y electriza
en los feudos del alma cada zona.
Todo resbala, nada se eterniza,
y lo más absoluto evoluciona;
el cambio es nacimiento que despliega
cada una de las muertes que nos llega.
        diciembre de 2008