Brevería 1983
Tuve al alcance un día la cintura
que un sólo brazo bordear pudiera,
y como un pez huyó de entre mis manos.
Cada noche mi mente la conjura,
viene a mí, casi casi verdadera,
su desnudez, su aliento, tan cercanos.
Y al volverla a encontrar, me desconcierta
con su actitud de amiga, sin oferta.
enero de 2009