Brevería 2049
Te esperaba a las diez de la mañana,
en paraje discreto, cada día.
Y llegabas a golpe de campana
de la espadaña de Santa María.
Tan puntual, circunspecta, deseosa
de exprimir en placer cada minuto.
Oh, tu desenvoltura jubilosa
generándonos vértigo absoluto.
mayo de 2009