Brevería 205
Ella descuartizaba la esperanza
de sus amantes con feroz dureza,
sin conceder lugar a la venganza;
dejándoles vacía la cabeza,
y el corazón clavado en una lanza.
Pero un día se alzaron esos muertos,
con ojos de rencor a llamaradas,
pechos sangrantes, íntimos desiertos,
y sobre ella cayeron a lanzadas...,
y murió con los dos brazos abiertos.
junio de 1998