Brevería 2082
Amé una vez, y recobré la vida
que, viviendo, ignoraba,
siendo toda mi sangre una avenida
por donde todo yo me derramaba.
Dejé de amar, y se mermó el latido,
la sangre, fría, el ritmo, indiferente;
como viviendo sin haber nacido,
o muriendo tan lenta, absurdamente.
julio de 2009