Brevería 2106
Abrazarse a la noche de los silencios puros,
comprimiendo la sombra que sin tocar nos toca;
formularle caprichos en vocablos oscuros
que adivina, no entiende, pero la descoloca.
Desnudarse al reflejo de los ojos trigueños
que de frente nos miran, aun sin estar presentes;
y apropiarse del cuerpo que nos visita en sueños,
por los medios más blandos, y más irreverentes.
Ay, si fueras contorno de sólidos relieves,
para moverme al ritmo sensual con que te mueves.
agosto de 2009