Brevería 2121
Mi voz perdió tu nombre, y ahora canta
otro más entrañable, más sonoro,
que penetra mi piel por cada poro,
y en mí su propia identidad implanta.
También escucho de su voz el mío,
que tu voz silenciara. Me confiere
mayor efervescencia, y se me adhiere
más hondo al alma, y otra vez sonrío.
septiembre de 2009