Brevería 2137
Me subleva el clamor inexcusable
de tu silencio en dilatada ausencia;
me ensordece, me asfixia, me sentencia
a estado de aislamiento miserable.
Háblame una vez más. Aunque me digas
que has alcanzado el fin de tu trayecto;
sé que el amor no es largo, ni perfecto,
que planta nardos y recoge ortigas.
Firmada al fin la paz, aunque en derrota,
recobraré mi aplomo, gota a gota.
octubre de 2009